HAS SIEMPRE LO MEJOR QUE PUEDAS

“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.”

Eclesiastés 9:10 (RVR1960)

Sencilla y llanamente, esto lo que significa es que cuando se te da la oportunidad de hacer algo, hazlo de la mejor manera que puedas, porque va a llegar el día en que ya no podrás hacerlo igual, o no podrás hacerlo nunca más.

Un cantante o “cantautor” tiene un gran momento cuando la edad, la capacidad, la apariencia física y los medios para proyectarse “coinciden” para lograr su ascenso a la cumbre. Hay algunos que una vez alcanzaron la cima comienzan el camino del descenso como ley de gravedad: “todo lo que sube baja”. Hay otros que pudiendo subir más, no aprovecharon la oportunidad al máximo o se retiraron en su mejor momento, para después reintentarlo sin éxito.

Y, también los hay, y lo digo con una mezcla de dolor y pena, quienes no se han dado cuenta que ya todo ha cambiado, que ya no son los mismos, que su carrera “acabó tras el candil cual mariposa“, pero pretenden seguir en cartelera cuando ya su calendario está vencido.

Siguiendo esta misma línea de pensamiento, podríamos aplicarlo a la crianza, al deporte, a la política, a los actores, al ministerio, etc. Si en el momento preciso en que teníamos todas las luces encendidas no hicimos lo mejor que pudimos, tendremos el resto de la vida para lamentar lo que pudimos ser o hacer, y no lo fuimos ni hicimos.

Por eso el más sabio de los hombres debajo del sol, en su acaso, nos invita a reflexionar y a ponerle todo nuestro empeño, dedicación y esfuerzo a lo que Dios nos ponga a la mano para hacer, antes que ya no podamos hacerlo igual o nunca más podamos hacerlo cuando caiga el telón.