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Los que Gobiernan, que Gobiernen bien

“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.” – 1 Timoteo 5:17

El cristianismo bíblico e histórico reconoce el gobierno pluralista de ancianos como algo instituido por Dios y necesario para el buen funcionamiento de la iglesia local. Por eso, es tan importante el énfasis bíblico en sus calificaciones espirituales y morales. Ellos deben ser ejemplos vivientes para la congregación.

Todos estamos de acuerdo en que ser parte de los ancianos de la iglesia es un honor. Pero, ¿cuántos en realidad son dignos de doble honor? El apóstol Pablo en este pasaje hace una distinción entre los unos y los otros refiriéndose a "Los ancianos que gobiernan bien". Lo cual nos debe hacer pensar seriamente en lo que hace esa diferencia.

Con todo el respeto intentaré compartir mis observaciones al respecto. Aunque el cargo u oficio de anciano es un honor, hay ancianos que fueron elegidos a ese cargo para que la iglesia cumpliera con sus reglamentos internos o denominacionales. Otros, fueron electos por simpatías personales, preparación académica o potencial económico. Nada de eso en sí es deshonroso, pero cuando esos son los únicos criterios para su elección, no resulta nada honrosa para el oficio. Cuando un anciano sigue siendo anciano, sencillamente porque su ordenación es a perpetuidad, no es digno de doble honor. Cuando un anciano lo único que hace es sentarse en una reunión a pedir cuentas o a emitir un voto, eso no lo hace digno de doble honor. Peor aún, cuando un anciano se convierte en un contrincante del pastor, o se confabula contra él, o se convierte en una piedra de tropiezo para que la iglesia cumpla su ministerio, eso no lo hace digno de doble honor. El anciano que tiene su propia agenda individualista, personal, egoísta y divisionista, tampoco es digno de doble honor. El anciano que es un sello de goma, que no tiene criterios; y si los tiene, no está dispuesto a defenderlos en amor, se excluye a sí mismo del doble honor. Todos estos casos están fuera del contexto de "los ancianos que gobiernan bien".

Si yo no me equivoco, cuando Pablo dice “mayormente los que trabajan en predicar y enseñar” está añadiendo el elemento principal para ser dignos de doble honor. Posiblemente, usted se enfocará legítimamente en “predicar y enseñar”, y “está usted en lo cierto”. Pero, yo quisiera ir a lo más elemental o básico: “los que trabajan”. Es decir, los que no son figuras decorativas en la iglesia sino “obreros probados y aprobados”. Los que han hecho de la iglesia y su servicio a ella una prioridad en sus vidas. Que pueden demostrarlo con hechos sacrificiales, incluyendo sus diezmos y ofrendas. Estos son los ancianos “que mandan y van”.

Y para no llover más sobre lo mojado, quiera finalizar señalando, que yo creo que los ancianos que gobiernan bien y son dignos de doble honor, deben, tomar cursos de educación continua en eclesiología, administración eclesiástica e iglecrecimiento. Deben mantenerse al día de lo hacen otras iglesias que están en el frente de batalla en el avance del Reino de Dios aquí y ahora.

Si usted es un anciano de su iglesia procure ser digno de doble honor. Y si usted es miembro de una congregación gobernada por ancianos, no demande menos de ellos. Ellos son claves para que su iglesia marche mejor. No se trata de que gobiernen sino que gobiernen bien.

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